miércoles, abril 05, 2006

Extremúsica 2006

Este fin de semana me fui con un montón de gente al Extremúsica 2006, un festival de rock que se celebra cada año en Cáceres.

Me llama la atención el proceso por el que paso cada vez que hago un viaje de estos. Primero, tienes un monton de expectativas. De alguna forma crees que las posibilidades de que suceda algo que haga realmente especiales esos días son mucho más amplias que en un día normal. Preparas todo con ilusión, esperando que el viaje sea maravilloso y que te depare un monton de recuerdos gratos. Siempre, por supuesto, va a ser memorable.

Y cuando regresas te das cuenta de que tu vida va a seguir igual. Te has divertido, han sido buenos días, pero no ha sucedido nada realmente especial. Es dificil no sentir cierta desazón, cierta decepción.

Entonces llega el siguiente paso. Comienzas a pensar lo que te ha sucedido que no ha sido tan especial, pero que de todos modos ha sucedido. LLegar, bajar del coche despues de un monton de horas conduciendo, y comenzar con la fiesta a pesar del cansancio. Primeras risas, guitarreo, queimada, todo el mundo activo y con ganas de fiesta. Se respira en la atmósfera. El licor café y la crema de orujo se mezclan en tu estómago, y se aúpan desde allí hasta la cabeza. Más risas, más canciones, más fiesta. Cuando el cansancio te vence, a dormir a la tienda y en cuanto el calor empieza a apretar, lo cual hace bastante incómodo dormir, empiezan los conciertos. A partir de ahi comienza una espiral de música, charla, risas, muchas risas... La permanente sensación de desconexion total de tu rutina habitual... Los inevitables momentos de cansancio. Conocer gente a la que nunca le habias puesto cara, cosas que tiene esto de internet. Dormir por ratos, sólo para recobrar fuerzas y volver a la vorágine de gente, música y fiesta...

Hasta que por fin, todo se acaba. Estas cansado, quemado por el sol, quedan una barbaridad de quilómetros para llegar a tu casa, y aun encima volver a casa es volver a la rutina, a tu "vida de siempre". Aunque en el fondo, añoras el blando colchon de tu cama...

Y sumas todo y te dices a ti mismo: "No me habrá sucedido nada especial, pero que bien lo pasé".

Y eso, al final, es lo que vale.

Dos veces.

Gracias a todos los que estuvisteis allí. Habeis hecho estos días especialmente especiales.

6 comentarios:

LaGárgolaAzul dijo...

Ya te digo... Creo que el momento eufórico hace más dura la caída en la rutina, pero realmente ha merecido la pena (o eso creo).

Lena dijo...

Yo también siento esa especie de "bajón" o cosa rara a la vuelta de viajes o cosas que se salen de lo cotidiano; que bien por una parte volver a mi cama...pero por otra...vuelta a lo de siempre, a lo que no tiene nada de especial ni de emcionante. Entiendo a la perfección lo que dices. Me alegro de que EXTREMUSICA tuviese tantos buenos momentos.
Un beso!
Lena.

Anónimo dijo...

HOLA , SOY MICHELLE Y SOY NUEVA .

DESPUÉS DE ESOS MOMENTOS QUEDA LA SENSACIÓN DE VIVIRLO TODO ..DESPUÉS EL BAJÓN

BESOS

MICHELLE

Anónimo dijo...

gracinhas a ti tb :P ^^

yo sigo puesta :D ^^ a no claro... es de aier... ^^U xD

Mariposa_de_agua dijo...

Hola;

Que grato es enterarse, que hay personas que aún se divierten, que tienen ese momento de poder dejar la rutina a un lado y el poder de desconectarse.
Saludos
Pia.

Mariposa_de_agua dijo...
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